domingo, junio 11, 2006

VANO EPISTOLARIO







A Jaime Javier, mi hijo, secuestrado inútilmente tanto tiempo.




Vaig com les aus quan ha perdut el fill,
Que giravoltem sense haver consol,


Joan Manuel Serrat





No es tuya la culpa ni mía
pobre pequeño mío


Blanca Varela.





Porque el dolor
Ha venido a buscarlo,
A inaugurar sus novísimas entrañas.

Y llora…


Luis La Hoz




Jaime Javier fue secuestrado por su familia materna, desapareció una noche de noviembre. Noviembre 21 de 2003 cuando tenía cuatro años. Nos despedimos con un beso. Al día siguiente él iría a un día de campo con su madre. Han pasado más de dos años y el día de campo aún no ha terminado.

I

Reconozco tu llanto
Entre todos los niños del mundo
Reconoces mi tristeza
Entre todos los hombres del mundo.
Y hoy
Ya no estás.
Las hienas se acercaron a mi ventana
A sonreír.
Las hienas salen a la calle
Y predican en nombre del señor.
Te han dolido estos días
De esta noche en la santa vereda de tu ausencia.






(CARTA III)
CARTA A TU AUSENCIA


Ha pasado mucho tiempo desde que te llevaron
Aquí seguimos esperando el día
En que amanezca y escuchemos tu voz,
no he vuelto a navegar en Internet como contigo,
las páginas en las que jugábamos
enmudecieron el día que te fuiste
Ya no hay ganas de ser feliz.
Ellos, los que te secuestran,
Los que te niegan mi mirada y mi voz
Y me niegan tu risa y tus abrazos
Se que te mienten diariamente sobre mí
Tú sabes cuanto nos amamos
Desde enero a diciembre,
Desde las mañanas de invierno
Hasta las noches frías,
desde el invierno frío
hasta la primavera
ellos no podrán negarnos más,
podrán esconder las fotografías donde juntos
éramos eternamente felices.
Podrán decirte que no viví contigo cuando eras un bebé
Como te lo dijo tu abuela la protestante,
Podrán raptar las tardes felices en un bote Navegando
O las seis de la mañana en la piscina,
O tu orgullo al contar en tu jardín
Que te bañaste con papito en la ducha
/mientras tus amiguitos aún se bañaban en una tina/.
Podrán esconder el caset de nuestras voces
Cantando Marco y los pollitos,
Van a destruir todo vestigio de nuestro amor
Pero no van a poder negar tu rostro,
Tus ojos, tu nariz, tu carita de niño preguntón
Y cada vez que te nieguen se van a acordar de mí.
Jaime, un día vas a crecer y preguntarás
¿entonces quién te responderá?
¿Quién va a seguir alimentando las mentiras
Cuando los años hayan pasado
Y ya no puedan negar que nos amamos?

¿Quién va a pagar la factura de esta infelicidad?
Ellos pueden salir los domingos
A predicar en nombre de Dios
Pero cuando su conciencia los interrogue
En sus atroces noches de insomnio
¿A quién le van a mentir?
Jaime, mañana, un día cercano
Te lo digo ahora que es enero
Y que una soga de angustia me ha colgado
Como a un cuadro al óleo a la pared
Si algo sucede,
Si ya no podemos tenernos de la mano
Para comer un helado,
Si ya no podemos ayudar a ningún ciego
A cruzar la calle,
Si ya no podemos jugar a contar
Las estrellas,
Si algo hasta ese día hubiera pasado
Acuérdate que íbamos al jardín de la mano,
Que jugábamos a la pelota en un pasadizo,
Que arrancábamos moras de una morera,
Que matábamos pingüinos en Internet,
Que sufríamos mucho con D’iblassio y su tristeza,
Que inventamos mil cuentos para dormir,
Que tuvimos un perro que cayó de la azotea,
Que tuvimos un periquito que partió un día,
Que salimos abrazados en el periódico en octubre,
Que huíamos de las abejas en el parque,
Que tenemos la oreja derecha quebrada,
Que podemos mover la nariz como un conejo,
Que con los dedos hacíamos duendes imaginarios que saltaban,
Que peleábamos por un poco de patte,
Que rompimos un espejo en un restaurante y nunca lo dijimos,
Que teníamos una fórmula para cazar moscas,
Que nos gustaba el gato con botas con mil finales Diferentes,
Que el mejor cuento era el fréjol mágico,
Que nuestros aviones de papel nunca volaron,
Que reímos mucho con el Chavo,
Que éramos felices hasta que nos separaron.
Un día cuando interrogue la vida a tus captores
Cuando a tus mañanas le crezcan alas
Y vueles y ya no puedan negarte ni mentirte
Un día cuando tu secuestro de mis días se haya terminado
¿Tú preguntarás por qué lo hicieron?
Y esconderán sus rostros tras su vergüenza
Como una bandera rota por los días y las noches de tu ausencia.
Quizás para ese día ya no estén los que hoy nos separan
Tal vez para ese entonces una tumba los haya devorado
Y muchas tardes muertas nos circunden,
Muchas angustias frías nos hayan golpeado
Y si tú o yo ya no estamos
Si acaso la vida también nos hubiera separado
Más allá, en el umbral de la muerte
Volveremos a encontrarnos como ayer
Y empezaremos a perseguir a los gorriones
Y a lanzar piedras al mar como cuando éramos felices.



CARTA XII
(MONOLOGO DE LAS ESCONDIDAS)



Íbamos de la mano caminando por el mundo
Tus pequeños pies intentaban recorrerlo todo
Con tus cuatro años te cansabas pronto
Y atravesábamos las calles buscando nuestras sombras,
Los heladeros nos seguían para vendernos su tristeza
Y los dos nos escondíamos entre los rincones del silencio
Pero en esas tardes de juego siempre nos encontrábamos.
Hoy que te escondieron ya no puedo encontrarte
He contado hasta diez y nadie ha respondido
El juego ha terminado, la noche se ha derramado por el cielo
He vuelto a casa solo y no he podido hallarte
Varios días llevo de buscarte y de buscarte.
Esta vez no fuiste tú quien se escondió. Te han escondido.
Ya no me persiguen los heladeros. Yo los persigo.
Les pregunto por ti y no me responden
¿En dónde voy a buscarte si te alejan tanto?
Íbamos de la mano caminando por el mundo
Pero te escondieron tanto que tengo miedo de no encontrarte
Y te busco, busco y busco
He contado hasta mil, mil veces y no he podido hallarte.



CARTA XV
(SEIS MESES DE TU AUSENCIA)


Después de seis meses de no verte,
De no saber dónde estás.
Ahora que las mañanas son menos tibias sin tu amor
Me he sentado a la mesa para escribirte esta carta
Que no sé si algún día leerás
Que no sé si algún día te llegará
No hay cartero que te la pueda entregar
Porque nadie sabe tu paradero
Y, lo sé, no es tu culpa
Ayer, cuando noviembre daba frío
Te ataron el corazón una noche y te llevaron
No te preguntaron si querías marcharte
No te preguntaron si querías olvidarme,
Simplemente aprovecharon tu sueño
Y cuando despertaste estabas atrapado en la Mañana de otra ciudad
Tus cuatro años no entendían nada,
Tus cuatro años preguntaban por tu maestra y tus Amiguitos,
Aquellos que hoy te buscan y me interrogan
Y yo no sé que decir
Por que aún ahora que mayo se está terminando
Nadie me ha dicho en dónde estás
Secuestraron tu voz
Pero no podrán secuestrar mi amor,
Secuestraron tus ojos de los míos
Pero no podrán evitar que con los ojos cerrados nos veamos como ayer,
Secuestraron tus preguntas
Pero no podrán evitar que te piense preguntándome por que Dios vive tan lejos.
Secuestraron tu risa
Pero no podrán secuestrar que nos pensemos en medio del retorno de una tarde feliz.
Después de seis meses he aprendido a ser más paciente,
No por esto me siento derrotado,
No creas que te he olvidado,
Yo te pienso diariamente
Aún si me quedo dormido en medio de la noche
Te veo en mi sueño regresando
Y quisiera que ese sueño no acabe jamás pero es inútil
como inútil es creer que tus captores
Entiendan que más allá de un puñado de mentiras
Crecerán un día sobre esta pena flores blancas,
cuando todos los jueces
hayan leído en todos los días, todos los expedientes
y todas las mentiras los hayan hecho naufragar
como a un Titanic
Porque la mentira es de plomo y la verdad es de espuma
Y el amor de un padre a un hijo
en cualquier expediente negro,
En cualquier vida manchada por las mentiras
Siempre será espuma,
Blanca, libre, verdad, pan, Dios.
En este veintiuno sin ti por sexta vez
Veo el viento venir como un espejismo de soledad,
Veo la mañana, la noche venir
Siempre sin ti,
Te he buscado debajo de las plantas que pisábamos,
En los niños que cruzan las calles comiendo un helado,
En el llanto de un niño que llora en una esquina sin nadie,
En las manos de un panadero que llama en la mañana,
En las caminatas sucias de los protestantes que te escondieron
En sus Biblias inmundas de mentira que hasta Dios detesta
Te he buscado en cada grieta de la tarde,
En cada rosa que ha caído envejecida en mi costado,
En el canto del río,
En las sopas amargas sin ti,
En el canto de los niños de jardín,
En los cuentos que le cuento a Pamelita,
Ella también me pregunta por ti.
Le he contado el cuento más feliz que te encantaba
Jack y el fréjol mágico
El ogro no es tan malo sin tus manitas señalando al cielo,
Tampoco el fréjol es tan alto sin tus ojitos mirando al infinito,
A decir verdad nada es igual
Los enanos cada día están más tristes
Estornudo se ha callado desde que te fuiste,
Dormilón padece de insomnio desde aquel día,
Gruñón está mas bueno y ya no habla.
Blancanieves no ha dejado la ventana esperando tu llegada.
Los tres cerditos dejaron de huir,
El lobo ha construido tres casitas para ellos,
El gato con botas dejó de ser astuto,
Alibabá ahora alimenta a los pobres y ya no roba
Y la caperucita vestida de azul pasea por la ciudad y ya no en el campo,
Hansell y Grettel inundaron la casita de chocolate con su llanto,
Y pulgarcito lanza piedras al mar esperando que vuelvas.
Simbad ha vuelto ha casa y ya no quiere navegar,
Y el soldadito de plomo se ha hundido en la tristeza.
Nada aquí es igual sin ti
La abuela teje mañanas y tardes esperando tu risa,
El abuelo camina y camina sin decir nada
Pero en sus ojos leo su tristeza,
Las palomas de la tarde vuelan y vuelan con mudos regresos
Te sigo esperando, te sigo buscando
Con el alma rota, con los sueños heridos
Con las ansias de un padre que ama a su hijo
Con el derecho de amarte, de verte, abrazarte
Y guardarte en mi pecho, en mi pecho herido.
Para siempre.



CARTA XVI
(SIETE MESES DE BUSCARTE EN CUALQUIER PARTE)




Hay ganas de tomar cualquier camino
Para ir a buscarte
Cruzar todas las calles, tocar las ventanas
Llamar a todas las puertas
Y cruzar cualquier zaguán para encontrarte

Preguntar al zapatero
Si entre tantos remiendos no sabe de ti
De llorar en los juzgados, en los despachos,
En los azules tampones
Que no sellan ninguna felicidad.

Hay ganas de devorarse el mundo hasta encontrarte
De interrogar a las mariposas
Y a la hierba,
De conversarle a la luna.

Y ahora me doy cuenta
Que el día más feliz de mi vida
Aún no ha llegado.

¿Será lunes cuando te encuentre?
¿Será invierno?
Será otoño o invierno

Sólo Dios sabe que mi corazón arde
Mientras tomo el desayuno
Los gorriones saben de mi pena
El pan cuánto te extraño
Y ese viejo zapatero que me busca en las mañanas
También sabe que he llorado en el invierno.

Mañana otra vez será jueves
Y otra vez las moscas despertarán con su zumbido,
La cucarda despertará más grande
Y también la pena
Trepará por los balcones como una enredadera.

Yo amaneceré con tu ausencia
Mis ojos se abrirán sin ti
Igual que las rosas sin mañana.

¿De que sirve el paisaje más feliz si tú no estás?

Hay ganas de buscarte en las líneas de un destino
Pero mi mano derecha
Me dice que debo escribir hasta encontrarte,
No hay más tiempo para llorar
Y te sigo buscando entre líneas de un papel,
Entre mapas arrugados
Que me dicen que de he de hallarte.

Mis vanas cartas
Están en botellas lanzadas al mar
Esperando llegar a tu abandono
A tu risita matinal llena de tristeza.

Han de llegar nuevas cartas
Hasta tu playa
Tal vez muy tarde
Hasta una isla en cualquier lugar del mar que te circunda.

Pero mi bandera de amor
Cada vez más cerca
Ha de encallar en breve en tu ternura

Y volveremos a reír
Comeremos de nuevo el pan que nos fue negado
Y abrazaremos a la tarde
O ella nos abrazará
En su regazo siempre.




CARTA XVII
(ESTA CARTA AGUARDA TU LIBERACION)




Probablemente a esta hora
Estés en clase en algún jardín cercano a donde vives,
En otra ciudad, en otro jardín, con otros compañeros y otra maestra,
Yo aún sigo buscándote en cada grieta de la tarde,
En cada mañana que amanece
Y en cada noche que se derrumba sobre esta triste ciudad sin ti.
A medida que pasan los días
Los expedientes han crecido como la sombra
Y me doy cuenta
Que son inútiles las mentiras de tus captores

Se acerca el día en que nos volveremos a ver,
El día del reencuentro,
Sólo tienes que resistir un poco más
Yo sé que es difícil,
Yo te sueño a diario y no sólo cuando estoy dormido
Sino cuando despierto te imagino entrando a nuestra casa
Con los brazos abiertos
Como los últimos días cuando me decías
... Papito nos quieren separar...
Lamento mucho el no haberte entendido,
No sabes cuanto he sufrido largas horas
Desde hace siete meses que te escondieron,
Pero este secuestro se va a terminar,
Va desenmascarar a aquellos que pretenden
Cubrir sus almas siniestras
Con el pretexto de la bondad divina.

Se acerca el día Jaime
Que podamos volver a abrazarnos
En noches infinitas,
Ya sin captores que te retengan,
Sin terceros que lancen la piedra para esconder la mano,
Todos sus dedos acusadores y fratricidas
Señalaron mi rostro hasta el cansancio,
Mi nombre,
Hurgaron en cada entraña de mi vida
Buscando encontrar alguna cosa que pudiera lastimarme,
Me dijeron de todo, falsificaron papeles,
Compraron conciencias, abrieron las heridas más viejas con tal de lastimarme.

Se acerca el día de que acaben los exilios,
Las tardes los cargaran con sus risas
Hasta sólo donde sus negras conciencias
Puedan alcanzarlos.

Si después, si aún después de siete meses
No han podido hacer más que un muro de mentiras y distancia
Menos podrán evitar que escalemos esa frontera, inmunda

Y antes de que vuelvan a reír con sus negras mañanas
Volveremos a estar juntos como ayer,
Sin distancias, sin silencios que nos aten
Sin nadie que te esconda
Para evitar que te ame
Y para evitar que me ames, que nos amemos.

Los expedientes seguirán creciendo,
pero la enredadera de la mentira que ellos han sembrado
ha empezado a morir,

Jaime un mañana nuevo nos aguarda
Resiste un poco más,
Esta carta sin nadie también ha de resistir sobre tu ausencia
Esta carta aguardará tu liberación
Ese día en que mariposas amarillas te desaten de tu prisión
Volveremos a ser marineros y piratas

En medio de aquel lago que también te extraña tanto como yo,
La idea de creer
Que hay una justicia que actuará a tu favor y al mío
Me reconforta,
El saber que Dios da la verdad a quien la tiene
Y no a quien la inventa.
El saber que la vida está hecha de días
Que ninguna mano extraña y ajena va a poder robarnos,
Días de felicidad, de amor y de un nuevo comienzo,
Otra mañana, eterna y sin noche.




CARTA XX
(EL RIO DE LOS DIAS)




Mi corazón anegado...
Sigo aguardando el otoño
Bajo un manzano para que vuelvas
Sigo contando las horas
Desde el primer día de tu secuestro

No han podido agotarme
Las largas horas de la espera
Ya no lloro tanto pero aún lloro
Aún la lluvia me moja
Cuando a todos les da el sol.

No han podido derrotarme tus captores
Ni sus amenazas,
Ni sus anónimos papeles
Que me dicen que estás muerto,
No han podido herirme
Aunque me lanzaron puñales cada tarde,
Mi voz como una espada
Los condena

Mis cartas como blancas palomas
Algún día van a llegarte
Llevándote la verdad
Te hablarán de mi pena, de mis ojos
De mis manos que te buscan diariamente
De mi corazón que envejecido
Aún no se rinde.


El río de los días
Te llevará la verdad
Y volveremos a encontrarnos
Como ayer
De nuevo
Volveremos a contarnos cuentos
Como ayer
Bajo el cielo.

Y el río de los días nos devolverá la felicidad
Hoy extraviada con tu ausencia
Hoy ausente sin tu risa
Hoy marchita como esta hora
Que te pienso y te escribo
Una carta que por ahora
Lo sé
No ha de llegarte,
Una carta que nadie ha de entregarte
Una carta que te aguardará por muchos días
Pero que un día
Leerás
Y juzgarás...
No condenes,
De ello se encargará la vida
De ello se encargarán los días
Y de tus captores se encargará Dios
Y el río
...El río enorme de los días.


CARTA DEL RECUERDO...


Te recuerdo
Con tus cuatro años
Jugando a ser feliz en medio de la casa,
Enamorando a las palomas
Asustando a los cristales con tus juegos
Derribándolo todo a tu paso,
Mi pequeño huracán de felicidad.
Con tus bolsillos llenos de sorpresas
Tu cabello caído en tu frente,
Caído tu cansancio te dormías en mis brazos.

Hoy ya no te tengo
Manos protestantes te arrancaron de mi lado
Y te llevaron lejos de mí,
Manos manchadas con odio y blasfemia
Arrancaron tu risa para siempre,
Sé que han de decirte
Que dejé de quererte,
Que mi corazón extraviado te olvidó,
Que soy el eco de una pena que no ha de volver.
Sólo los días con su trajín irremediable
Han de darte la verdad,
Sólo Dios
Al que rezábamos por las noches,
Al que buscábamos en la iglesia,
Al que buscábamos con tristeza cuando la casa empezó a caerse una madrugada.

Sólo cierra los ojos y recuerda nuestros juegos,
Nuestras canciones felices,
Nuestros cuentos inacabables a la mitad de la tarde,
Nuestras recetas de cocina
Que pocas veces fueron efectivas,
Nuestro amor inmenso que nadie podrá secuestrar.
Cierra los ojos como yo lo hago para verte
Nadie podrá negarnos que al cerrar los ojos
Volvamos a nuestro ayer
Donde tú y yo
Felices
Cantábamos una canción



CARTA XXII


(DIEZ MESES DESDE QUE LAS DUDAS TOMARON POR ASALTO MI SUEÑO)



En breve un laberinto se tiñó de gris
Para oír distante el murmullo de la noche abandonada


Diez meses desde que el miedo me susurró al oído tu secuestro,
Desde que se descolgaron del cielo raso
Las arañas en tu busca,
Diez meses desde que las dudas tomaron por asalto mi sueño
Y huyeron las palomas de mi corazón en que anidaban.

Diez horribles meses que me niegan tu voz
Y esperan en la esquina que me quede cansado para abatirme.

De todo esto una red me lanzaron para que caiga
Una danza de hienas a mi rededor aullaba con sus ojos inyectados
Mordiendo mis ropas, mis dedos, olfateando en mi pasado.

Y no han podido ahogar nuestro amor ni un sólo instante.

Sacudieron mi cráneo y lo llenaron de ceras,
Mandaron a tres cuervos por mis ojos en la mitad de la noche
Incendiaron nuestro pasado exterminándolo todo.

Y no han podido estar en paz ni un solo instante.

Se mudaron de piel para cubrir sus mentiras,
Te mudaron de hogar para hacerte creer que había muerto
Destruyeron nuestra felicidad para tener un pretexto y seguir mintiendo.

Y no han podido destruir el muro de piedra de nuestro enorme amor.

Tus cinco años convertidos en falsa vigilia
En inútiles huidas de mi amor,
La justicia llegará a la ventana de tu prisión,
Las libélulas que te buscan me traerán noticias de tu cautiverio
Los grillos cantarán melodías de libertad,
Las hormigas volverán cargando las migajas perdidas de tu partida,
Nadie va a devolvernos el tiempo que sufrimos los dos
Pero podremos recuperar otras mañanas igual que ayer

Y tu corazón no volverá a estar sólo
Ni volverás a llorar a escondidas en un rincón
Porque está más cerca el día de tu liberación,
Entonces
Empezaremos en donde nos quedamos,
Las canciones que inventábamos para ser felices,
Los cuentos de los hermanos Grimm
Y los relatos imaginarios que tanto nos hicieron reír,
Tus juguetes aguardan tu regreso,
Nuestras voces que hoy te llaman en vano
Al fin serán oídas y las aves de la abuela
Con sus trinos
Te recibirán como de costumbre,
Por que hoy siento
Que después de diez meses de agonía
Estamos más cerca;
Tus captores claudicarán
Y sobre toda esta pena
Crecerán flores frescas como ayer
Como el último viernes que te besé
Sin saber que tanto tiempo te iba a perder

Con los ojos cerrados nos vemos
Con el corazón angustiado nos queremos
Sin marcar números, ni claves,
Con la razón de vivir
Con nuestro derecho de amarnos,
Con nuestros cuerpos distantes
Pero fundidos en Dios.
Y en el paso del tiempo
Que nos dará la razón,
Todo tu amor,
Todo tu amor.




CARTA XXV
(ESPERANDO TRAS LA VENTANA TU RETORNO)


Dónde estarás
A esta hora que el silencio se ha cubierto de distancias

Yo había escondido mis últimas tardes
En el viento de agosto

Hoy, envuelto en soledad
Miro a través de la ventana
Y no has vuelto

La queja de agosto regresa
Sin mis tardes felices

Las rosas murieron cuando te fuiste
Y a la alegría le crecieron alas
Y se marchó aquel día.

Dónde estarás
A esta hora que el silencio se ha cubierto de distancias

Te busco en las palmas vacías de mis manos
En el crepúsculo incendiado de esta hora
En el otoño sin hojas muertas ni regresos.

Y el viento más fuerte
Me repite a solas, de nuevo tu nombre.





CARTA XXVII
(ALGUIEN LLORA A SOLAS SOBRE EXPEDIENTES AMARILLOS)



Un día se apaga en la ventana inmediata
Una plaza desierta.

Tu ausencia en cada parte de mi vida
En vano llegan las horas,
Las estaciones regresan sin ti.

Yo sé que eres el habitante de algún lugar
Ha donde ha de llegarte el sol
Que hoy me es negado
Tus manos crecen distantes a las mías
Mis manos han empezado a morir de ausencia
De tu ausencia sembrada en mi corazón
Una noche de noviembre.

La lluvia de la noche también pronuncia tu nombre
Alguien llama desde los pasillos,
Alguien grita desesperado,
Alguien corre gritando tu nombre por cada rincón de esta pena,
Alguien camina tu ausencia por los juzgados,
Alguien llora a solas sobre expedientes amarillos,
Alguien se ahoga en tu ausencia,
Alguien escribe que no estás,
Alguien ha empezado a morir en este invierno.




(CARTA XXIII)
RESISTE UN POCO MÁS MI PULGARCITO.



Siento que he caminado hasta Bagdad buscando encontrarte en esta tarde
En que caen pétalos blancos de mi corazón,
Ninguna respuesta he encontrado,
Te he buscado en las torres de la tarde, en el regreso del cartero que ha vuelto más cansado porque tampoco encontró a nadie.
Y esta vez siento que hemos perdido el regreso
Y sé que las migas que dejaste en el camino se las comieron las aves inocentes,
Las migas que dejaste con tus tristes miradas por la fría ventanilla del autobús
Sé que quisiste buscarlas y ya no las hallaste, porque la ciudad enorme te devoró
Sé que a tus cuatro años los han lavado diariamente y los han puesto a secar
Para evaporar nuestro amor que lo recorría todo.



Es inútil,
El río de los días de nuevo ha vuelto a gritar tu nombre furioso
Antes de que llegues al mar de los años voy a encontrarte.

He abierto todas las puertas y ventanas de esta tarde
Para buscarte.

Muchos meses, muchos días de buscarte en mi vacía alegría,
En mi tristeza de zapatero de domingo remendando la vida,
Sentado en un sillón buscando una respuesta en Salman Rushdie,
Buscando bajo un trozo de pan como acomodarme la tristeza para no morirme.
Deteniendo el tiempo, malogrando adrede los relojes que me aturden
Que siguen su marcha gritando que los días pasan y seguirán pasando
Y sigo saboreando esta tarde hecha a mano en un rincón de zapatero.
Pensativo en el trozo de pan que ha caído al vacío.

Mi pulgarcito, duérmete, no te inquietes.
Voy a buscarte en todos los rincones del mundo
Te buscan los carteros, los grillos, las mariposas,
El viento, la luz, las hojas que el viento arrastra,
La tierra, el agua, el fuego… Dios
Alguien va a encontrarte y volveremos a reír como en nuestra última mañana.




(CARTA XXIV)
LAS HIERBAS DONDE TU NIÑEZ DESCANSABA



Sin decir nada descubro mi soledad
Por una calle que se fue a cualquier parte,
Sin ningún destino
Con esta piel que cada vez me queda más grande,
Mis manos extendidas en la tierra
Queriendo medir la distancia de tu partida.

Y evidencio tu ausencia en mis días cada vez más vacíos,
En una camisa sin ti
Que guardo como una bandera de amor
Y la abrazo para renunciar a la tristeza.
Tu ausencia se ha derramado por todos mis días
Y el jardín
Ya sin rosas
Ha intentado seguir viviendo sin la lluvia de tu amor.


Los insectos anidan bajo las hojas
Y la noche enorme
Descansa sobre la hojarasca de este otoño derrumbado,
Aún sobre la ausencia
El tiempo camina silencioso como un grito que ha quedado sin voz,
Como un río que dejado de cantar y se ha callado irremediablemente.

El refugio de la noche grita,
El mundo transita en las calles
Un canto distante repite que ya no estás
Muere la noche y nace para volver a morir.

Nadie como yo con el alma libre te busca
Por esta calle vacía que conduce a ninguna parte
O entre las hierbas donde tu niñez descansaba,
En los parques hoy desolados sin ti
En la palma de mi vida estás perdido.

Y esta noche en el silencio descubro
Soledad, soledad…
Kilométrica, larga, enorme
Y no he podido medir tu partida
Y no he podido resignarme a ningún adiós.



CARTA XXV
(TU AUSENCIA ES UN RACIMO DE PENAS FRESCAS)



La tarde sabe a manzana sobre la mesa
Después de la cena,
A silencio sin nadie
A casa vacía
A mosca rompiendo el silencio de la cocina
También sin nadie
A mi hambre devorándose su propio hambre.

Esta tarde me sabe a ausencia
Desgraciadamente los pájaros se han ido de su nido
Nadie,
Nadie,
Nadie,
Tu ausencia es un racimo de penas frescas.




No es que no vuelva porque me he olvidado....
Es que perdí el camino de regreso,

Joan Manuel Serrat.



CUANDO TE CREZCAN LAS ALAS



En medio de la mañana otra vez un rayo ha partido
La vida,
Agosto, vientos y trigo
Trillas de caballos atormentándolo todo,
Yo ya no sé que hacer sin ti
Mi soledad es un manantial de pena a cada instante
Y las paredes mi prisión,
Tus manitas de cinco años una ilusión
Que deseo apretar fuerte para siempre.

Mi sueño cada vez más breve
Recorre campos de ayer contigo
Lanzando piedras a un río,
Persiguiendo mariposas por el parque.

Juanito, el oso de peluche
Ha asumido una mirada de vidrio desde aquel día
En que juntos
Nos dimos cuenta
Que difícilmente volverías
Porque te escondieron lejos
Y te llevaron de noche.

Pero las alas van a crecerte
Y volarás
Junto a las palomas que hoy atraviesan mi amor

Pero las alas van a crecerte
Y regresarás
Junto a mis ojos que hoy llueven de dolor.

Pero las alas van a crecerte
Y entenderás
Que te tuvieron cautivo sin razón.
Y entenderán
Que inútilmente te mintieron sobre mi amor.


MIS DOS AMIGOS, MIS COMPAÑEROS



Cuando dieron las diez de aquel día
Me di cuenta que te había perdido.

Dice la ley de los hombres
Que entre padres no hay secuestros
Esa no es la ley de Dios
Ni la de nuestros corazones.

Lo sé perfectamente
Porque nos soñamos
Aún no pueden evitar que nos soñemos
No pudieron celar a nuestros recuerdos.

Cuando dieron las diez aquel día
Me puse un abrigo y fui calle abajo
A ver si podía encontrar alguna pista
Pero la lluvia lloraba fuerte
Y se había llevado las migajas de tu partida.



Desde entonces todos los días
Cuando amanece
Abro la ventana esperando alguna noticia fresca
Como la mañana
Como la hierba recién cortada,
Como el maíz de la abuela.

Y después de tantos meses
Aún me pongo el abrigo cuando llueve
Y salgo a buscarte entre las calles
Entre los rostros de tantos niños
Y en el trigo verde del campo
Y en el azul del cielo y las estrellas.

Como dice Serrat en un verso antiguo
No es que no vuelvas porque te has olvidado
Sino que perdiste el camino de regreso
Tan chiquito
Chiquitín
Debes haber crecido mucho
Como el árbol de la guaba
Al que también se llevaron
Como si el pobrecillo tuviera la culpa
De que en el mundo exista la infidelidad, la maldad
Y por consecuencia la soledad
Como si el pobrecillo supiera de amores
Y de ajenos dolores
De amor.

Mis dos amigos
Mi árbol y mi hijo
Se llevaron a los dos
Tan temprano para los dos
Que la vida me ha puesto una corbata
Y a veces tira de ella
Y un nudo en la garganta
Me da un dolor
De amor, de amor
Mi hijo y mi árbol
Por los dos
Mis dos amigos, mis compañeros
Todo mi amor
Mi amor entero
Todo mi amor
Mi entero amor.


CANCION DE OTOÑO



Con el tintero de tu ausencia
Dibujaba palabras
Para sentirme menos vacío
Y al terminar
Mis palabras cantaron esta canción
Canción de otoño sin tu amor.

Tu tren ha llegado a su última estación
Y desde su cajita de cartón
Mira con pena que no eres su pasajero.
Ya no eres el mensajero
De su alegría
Ya no eres el viajero
Que recorría toda la casa tras él
Ya no eres el copiloto que reía
Inundando la sala con su emoción.


Canción de otoño sin tu amor
Canción de tiempo y de dolor
Canción que espero por el amor
De mi pequeño al que escondieron
Al que le robaron mi corazón.

Canción de pena hoy en flor
Bajo la noche llena de estrellas
Bajo la tarde, bajo la nube
Por mi pequeño
Al que me arrancaron del corazón.

Y el tren aguarda detenido en la última estación
Que llegue pronto el pasajero
Para ir de viaje
Con su feliz equipaje
Y el trencito aguarda desde la caja
Que nadie toca desde tu ausencia
Detenido, inmóvil
En su pequeña estancia
El retorno del niño, del pasajero
Para volver al valle por una calle
Con nuestro equipaje.

Y marcharnos en plena tarde
Cantando una canción de otoño.


Nuestra canción.
Con tu amor a mi lado, en mi costado
Y el tren silbando feliz
Como en las tardes cuando tu risa
Era su carbón

Canción de otoño entre la tarde
Canción de amor
Con todo, con todo
El corazón.


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