jueves, setiembre 23, 2010

Yo también te quería...


Yo también te quería, cuando mirabas las estrellas en la noche tomada de mi mano y tratabas de explicarme el universo, ese que yo solo veía en tus ojos.


Yo también te amaba, cuando llegaba la tarde y me quedaba dormido sobre las hojas de agún libro, marchito, inerme, herido mortalmente por el cansancio de la nada.

Yo aprendí a leer los días en tus ojos, aprendí el dulce y el salado en tu mirada y en las lágrimas que tantas veces provoqué sin quererlo.

Pero el viento de los días fue acabando ese amor, el tiempo y la distancia hicieron los demás.

Hoy llega tu recuerdo como una hoja caída a mi memoria.
Estás lejos, yo estoy solo.

Recordarte es lo único que queda,
Y esa foto tuya en un marco de cristal sobre la mesa.

Solo tu ausencia.

lunes, julio 26, 2010

Asiento 36

Me había enamorado de su rostro
De su mirada limpia que parecía una lluvia de invierno.

Yo había nacido en un pueblo de inviernos
Todos los demás pueblos del mundo tenían uno cada año,
Pero este tenía cuatro,
Por los techos de sus casas,
El agua se deslizaba como cataratas.
Todo ello hizo que la empezara a amar.

Un día descubrí que no había más inviernos,
Que los días eran papeles arrugados en el fondo de un bolsillo roto.
Que había pasado mis días contando las estrellas inútilmente.

Pero nosotros teníamos una vida
Habíamos construido una casa de barro que alimentamos con nuestros sueños,
Un jardín celeste en el que crecían flores azules.

Y teníamos una fuente
A donde se acercaban a beber los gorriones cada día.

Un día tuve que tomar un autobús
Y dejarlo todo
Dejar su amor en medio de la casa
Unos papeles que apenas hoy recuerdo
Y los pasos que una vez me llevaron hasta su lado.

Hoy que es de noche la recuerdo…
Y me acuerdo de los inviernos, del bus y de su adiós a las cinco y treinta de la mañana.
Después yo crucé la plaza

Unos perros me ladraban distantes y hacía mucho frío en la madrugada.
Cuando subí al bus me dieron el asiento 36

Hoy prefiero caminar, sin pensar en los inviernos,
Sin viajar en autobús
Y sin pensar en que alguna vez la amé
Prefiero que la ventisca de la tarde me devore.
A recordar su rostro esa mañana pidiéndome que me marche.

Pero ese día...
Después que crucé la plaza

Sentía un frío infinito
Los ladridos de los perros me daban más frío todavía
Y la luna redondamentellena iluminaba un camino lleno de papeles
Y de marcas diferentes
De cigarrillos, de chocolates, de galletas.

Yo caminaba como una sombra
Sin hacer ruido
Y en el suelo se reflejaba mi cuerpo y mi bufanda,
Una bufanda tejida
Que una vez me obsequió mi madre
Y yo sentía que los dos fuimos echados de esa casa

Que los dos caminábamos en medio de esa soledad de madrugada.
Que los dos fuimos echados por esa mujer que amé hasta esa mañana

/pero claro
Mi madre no estaba conmigo
Pero si la bufanda
Con sus sueños tejidos
Enredada en mi cuello/.

Otras veces había sentido frío interior
Pero esta vez era diferente
Sentía un frío en el alma
Que me dolía

Hasta que finalmente me dieron el asiento 36 del bus
Y me senté
Me acurruqué junto a la ventanilla

Y miré las luces anaranjadas de la calle
Y lloré en silencio
Y me quedé dormido
Y soñé que mis lágrimas no eran mías

Que era la lluvia que caía
Dormí, dormí y hacía mucho frío.

jueves, julio 15, 2010

Recuento a mitad de la vida

Para ti fue el canto insurrecto que retorna en la mañana
Mojado de horas muertas
De silencios cargados por el tiempo.

Para ti se hizo esa mañana en la que sin saber llegó a mis días
Para encontrarte en el borde doblado de una mañana
Como un verso escrito en el filo de una servilleta.

Fue en esa sala de redacción
Donde mis manos golpeaban el teclado de las tragedias
Cuando empecé a escribir tu nombre sin conocerte

Fue ese eco de tus gemidos el que me devoró una noche tibia
Cuando tu  vientre empezó a latir y respirábamos la noche
hasta llegar al alba sin siquiera darnos cuenta.

Hoy cansados, los ojos de la tarde nos miran distantes
Ya no somos los mismos que se amaron sobre las páginas de un diario
Y esta tarde que te busco en mi recuerdo
Asoma tu Buenos Días amor como un recuerdo extinto al que mi alma mira con tristeza.

jueves, junio 24, 2010

Retrato



Me he olvidado de tu nombre


Apenas al encontrar una fotografía entre papeles olvidados
Tu rostro apareció como un retazo del ayer
Al fondo hay unas flores
Y más allá un río
Pero no he podido recordarme
La forma en que te llamaba…

Me he olvidado de tus ojos
Al mirarlos vi su tristeza
Esa que nunca te dejaba
Ni siquiera cuando en las noches de invierno
Nos dormíamos abrazados
Y la calle llena de neblina
Y los techos con su llanto frío
Y esa mujer que después murió
Una tarde cuando ya nos habíamos ido.

La vieja piedra de la entrada
-Un pilancón hermoso
Que hubiera querido llevarlo en mi alma
Si no fuera porque el invierno
Susurraba-

Y el viento...

Me olvide de ti en con las horas que cayeron abatidas.
La última vez que te dije que te amaba
Está distante
El tiempo partió irremediablemente
Se llevó tu voz
Tus manos sobre las mías en la mitad de un parque
Mientras la gente atravesaba sus propias desdichas.

Me había olvidado de ti
Hasta hoy que encontré en medio de las hojas de un libro
El último retrato
Tú última sonrisa
El tiempo detenido
De aquella última despedida.

martes, abril 06, 2010

Seis de abril






Al cerrar la ventana me acordé de ti

Ya tarde,
Como tarde nos llegó el amor
Otras distancias nos acompañan,
Estrellas distintas no miran lejanas
Huyendo de nuestras miradas de ayer,
Aquellas que nos hicieron doler en donde no puede verse
Esas que acribillaron nuestras almas con una catarata de llanto
Y que al llegar la mañana
Nos encontraba llorando
Frente a un espejo roto por los días.
Habitaciones sin voces,

Habitaciones sin gritos,
Sin pasos
Muertas para siempre
Habitadas por fantasmas que desayunan
Que amanecen y dicen buenos días
Y se sientan a la mesa a tomar un café
Y que los domingos,
Tendidos sobre una cama
Leen un libro, bostezan
Y al llegar la noche apagan la luz.
Al cerrar la ventana
Me golpeó tu recuerdo
Como el olor de una flor marchita
Que hace tiempo murió en el jardín.
Han pasado tantos años
No tenemos nada que decir
Otros horizontes nos esperan,
Otros caminos
Hace mucho que no sé de ti
Que no te encuentro en los bares ni en los cafés
Tampoco en las líneas de ningún papel,
Pero hoy seis
Al cerrar la ventana
La noche infinita y de estrellas vacía
Me trajo tu nombre este seis de abril.

La flor que me robaste crece cada día
Un día le crecerán alas
Y aprenderá a volar.

Yo he vuelto a sonreír.

domingo, abril 04, 2010

Ausente

No me acostumbro a esta soledad
Sin ti,
Vuelve la mañana y no tengo tu voz,
Tus buenos días son fotografías colgadas de una pared
Que me miente.

Ausencia de ti
El trino de las aves que amanecen
No es el mismo
Y te busco para sentirme que estoy vivo
Y no estás

Solo el espacio vacío
Y esta autopista vacía de todo
De una mañana que amanece repetida
No tengo tu voz
Tu mirada es un recuerdo que empiezo a olvidar
Y esta soledad que llama denuevo
Que me grita
Que me tira los cabellos
Y que respira en mi garganta
Como cuando éramos uno
Tú y yo
Allí,
Tú y yo aquí.