Había
vuelto por última vez
Para despedirme
de una ciudad a la que no volvería
Eran las
dos de la tarde
Y la
plaza por la que tantas veces recorrimos estaba casi vacía,
La lluvia
caía.
Era martes
en mi angustia,
La gente
iba y venía con mirada vacía,
A unas
cuadras estaba la casa a la que nunca más volvería,
El viento
se llevó el otoño de otros días,
Era
la mitad del invierno
Y la
mitad de mi vida.
Detenido
en una esquina
La lluvia
caía
Sabía
que era la última vez que volvía.
Porque
el amor se muere
Cuando
menos lo esperamos en cualquier recodo de la vida
Porque
la existencia es agria
Y todo
se termina.
Yo
aquella tarde sabía
Que nunca
más volvería.